Un poco de historia
A poco de conmemorar su V Centenario, puesto que la primera misa se ofició en esta iglesia el 3 de mayo de 1518, nos vamos a encontrar con un impresionante edificio a caballo entre el gótico y el renacimiento.
Mandada construir por doña Teresa Enríquez, conocida como “la Loca del Sacramento”, no es raro que en el lugar que ella eligió como refugio al quedar viuda, se cuente con semejante construcción dedicada toda a enaltecer al Santísimo Sacramento de la Eucaristía, quedando esto muy presente, de forma clara o alegórica, en numerosos elementos decorativos, tanto en el interior como en el exterior del edificio.
Detalles Arquitectónicos
La traza del edificio se puede atribuir a los hermanos Egas -Antón y Enrique -, que crean un edificio de planta rectangular con tres naves, la central más alta que las laterales, y divididas en ocho tramos, todos ellos cubiertos con bóvedas de crucería y arcos apuntados.
Centrándonos en el exterior, destacaremos su Pórtico Principal plateresco, que se puede considerar un verdadero retablo, presidido por el Cáliz y la Sagrada Forma. Se trata de una portada protegida por un arco de medio punto ricamente decorado, y bajo él, la portada propiamente dicha, dividida en dos cuerpos con ático, tres calles en cada cuerpo, y dos calles más interiores, todo con una acumulación de decoración muy variada entre las que encontramos desde frisos, instrumentos musicales, querubines, flameros, piñas, representación simbólica de los Evangelistas y la Pasión de Cristo, la Expulsión del Paraíso, el Pecado Original, inscripciones latinas, hornacinas hoy vacías, hasta fustes y capiteles califales reutilizados, y por supuesto, Cálices y Hostias. Todo este conjunto de abigarrada acumulación de motivos ornamentales, contrasta con la sobriedad decorativa de la Torre que encontramos junto a esta portada, pero también con la decoración, ya más de gusto renacentista, del otro acceso con el que cuenta el templo, esto es, la Portada Sur.
La cabecera
Ya en el interior de la Colegiata, encontraremos distintos puntos de interés. Fijándonos primeramente en la cabecera, con tres ábsides: semicirculares los dos laterales, y poligonal el de la Capilla Mayor, adaptándose a esta forma el llamativo Retablo Mayor, con tablas y esculturas manieristas que, hacia 1558, realizó Juan Correa de Vivar, mientras que la decoración con la que cuenta, nos habla de una traza plateresca de este Retablo. Además de este retablo, cuenta la Colegiata con otros destacados retablos, ya mayormente de estilo barroco.
La nave central
Otro punto destacado, ocupa los tramos quinto y sexto de la nave central de la Colegiata, donde encontramos el Coro, que cuenta con una Sillería gótica del primer tercio del siglo XVI, organizada en dos pisos, más ricamente decorados los sitiales del piso alto, realizada en madera de nogal, y cuya temática es alegórica, centrándose en la Pasión de Cristo, la Exaltación de la Eucaristía, y el triunfo de la Iglesia. Vemos también en la parte alta del coro el magnífico Órgano barroco de 1703, obra de Josef Martínez Colmenero. Hablando de música, hay que mencionar también que, en lo alto de la rejería del coro, encontramos dos magníficos Carillones, uno de ellos del siglo XVI, y de indudable valor ambos. Como curiosidad, ocupando el centro del coro, se colocó, ya en el siglo XX, el túmulo funerario con las estatuas yacentes de Doña Teresa Enríquez, y su esposo Don Gutierre de Cárdenas, procedente este conjunto del desaparecido monasterio torrijeño franciscano de Santa María de Jesús.
Vamos a fijarnos también en la Reja del Presbiterio, de nuevo del siglo XVI y de estilo de transición entre el Gótico y el Renacimiento, con su singular copete con decoración más de gusto renacentista.
Estancias y capillas
Para finalizar, hablaremos de las distintas estancias y capillas que existen adosadas a las dos naves laterales. Así, en el lado Norte, comenzando desde los pies, primero nos encontramos con la primitiva Capilla Bautismal, hoy bajo la advocación de la Virgen del Amor Hermoso. Más adelante, con un magnífico retablo barroco, la Capilla de Nuestra Señora del Carmen. La más importante por el tamaño, y porque está bajo la advocación del patrón de Torrijos, es la que encontraremos a continuación, que es la Capilla de San Gil. Por último, en el lado Norte, vamos a disfrutar de una sobria portada renacentista, que da acceso a la Sacristía Mayor. Si nos centramos en el lado Sur del edificio, únicamente se abrió en él una Capilla, hoy bajo la advocación de Nuestra Señora de los Dolores. Sin embargo, no se puede dejar de mencionar que, en este lado Sur, también vamos a encontrar el conocido como Altar del Viático, que se trataría de un pequeño armario relicario, y sobre el que se abre una ventana decorada con una vidriera alusiva al uso que ese espacio tuvo en vida de Doña Teresa Enríquez. Allí mandó ella construir un pasadizo que comunicara su cercana residencia con la Colegiata, y desde este lugar, la “Loca del Sacramento” oiría las misas en este imponente edificio financiado con su dinero.