03.Capilla del Santísimo Cristo de la Sangre

En origen este templo fue capilla del anexo Hospital de la Santísima Trinidad, fundado por orden testamentaria de Don Gutiérre de Cárdenas, y ejecutado por su viuda Doña Teresa Enríquez a principios del siglo XVI.
Se trata de un edificio de una sola nave cubierta actualmente por una bóveda de yesería, con la Capilla Mayor coronada con una cúpula ojival, y que cuenta con dos capillas en el lado norte, y otra capilla y la sacristía en el lado sur.
Se accede por un atrio en el lado sur, siendo la portada un arco rebajado apoyado en dos columnas, y sobre el que se ven dos escudos franciscanos con las llagas de Cristo, que flanquean el escudo con la cruz de la Orden Hospitalaria de San Juan de Malta.
Ya en el interior, a los pies encontramos el acceso que hacía posible la visita desde el hospital a la capilla, y sobre él, está el coro en el que se sitúa el precioso órgano barroco.
La cabecera está decorada con un retablo barroco, y pinturas al fresco de estilo manierista con diferentes escenas de la Pasión de Cristo, descubiertas en recientes trabajos de acondicionamiento, y posteriormente restauradas.
A finales del siglo XVI, para adornar una de las capillas de esta iglesia, llega desde el estado mexicano de Michoacán, una imagen de un Cristo Crucificado hecho con materiales propios de los artesanos indígenas de aquel país. Poco se podía imaginar que, tras la creciente devoción por una serie de milagros atribuidos a esa imagen, sería necesario, ya en el siglo XVIII, abrir en el altar mayor un camarín de planta cuadrangular y cubierto con una cúpula de media naranja, destinado a acoger la imagen del Santísimo Cristo de la Sangre.
Además de esta imagen, adornan el interior distintas imágenes de santos, destacando sobre todas otro Cristo Crucificado, obra de Luis Salvador Carmona, importante escultor del siglo XVIII, y conocida popularmente esta imagen en el municipio como “el Criado”, que podemos encontrar en la Capilla de Santa Ana. La cual se abre en el muro sur del edificio, entre la puerta de acceso, y la Sacristía de la Iglesia. También es digna de mención, la pareja escultórica que encontramos a ambos lados de la nave, justo antes de acceder a la zona del altar mayor, y formada por San Isidro Labrador y Santa María de la Cabeza, ambas del escultor del siglo XVIII Juan Alonso Villabrille y Ron